Imaginando, creando, pensando, mirando, disfrutando, viviendo, respirando y amando.

29 enero 2010

Casa grande


Uno, dos tres cuatro. Pienso que este es un buen lugar. Tapo mi boca con los dedos para ocultar la bulliciosa risa. Cinco, seis, siete ocho. Cierro la puerta con cuidado. Las mangas de un abrigo me quedan sobre la cabeza. Avanzo hasta el fondo y me escondo tras los colgadores. Nueve, diez, once, doce. Que bien me oculté. Estás tardando mucho. Creo que voy a ganar el juego. Trece, catorce, quince, dieciséis. Entre abro la puerta e intento espiar hacia el exterior. Pero no logro verte. Salgo de puntillas para no hacer ruido. Diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte. Me pregunto donde estás. Te busco en la entrada. En el patio. Reviso cada habitación. Casi desesperadamente. Sin poder pensar. Entonces unas carcajadas tuyas llegan a mis oídos. Seguí tus risas hasta el sótano. Claro, olvidé la puerta falsa de tu sótano. Me aproximé a ella. Con cuidado intenté abrirla, muy calladita. Estaba con cerrojo. Con pestillo. Con llave. Con restricciones. No quise molestarte. Me di la media vuelta. Deje un camino de gotas hasta el armario. Cerré la puerta con cerrojo. Con pestillo. Con llave. Con restricciones. Avancé hasta el fondo. Me senté sobre una caja de zapatos. Treinta, cuarenta, cincuenta lágrimas. Una tele muy grande, una cerveza, una mesa de pool, uno de esos midoki… mateki… equipos de sonido, no se como se llama. Aún no logro entender que nunca quisiste jugar conmigo.

5 Septiembre 2009

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