Imaginando, creando, pensando, mirando, disfrutando, viviendo, respirando y amando.

19 agosto 2010

Propuesta


6pm. Detuve el Fiat frente a eso, donde debes dar tu identificación. Extendí mi mano, que sostenía mi carné, hacia el vidrio. Sin mirar. El tipo de turno nunca tomó mis documentos. Al mirarlo me preguntó si venía a buscar al señor Rozas Lara. Confundida asentí con la cabeza. “Estacione su auto y espere en la entrada. Él vendrá en un momento”. De la pura extraña ni siquiera me atreví a preguntar. Detuve el motor y caminé a la entrada. Cinco. Diez. Quince minutos. A lo lejos divisé un manchón verde. No se cuantos eran. A decir verdad no me interesó contarlos. Alineados, se posaron en frente de mí. Lejos. Uno se apartó del grupo. Con una voz grave, fuerte y clara pronunció: “Mi cabo Rozas tiene un mensaje para usted”. El chico volvió a su lugar, para que salieras del tuyo, en medio del grupo. Caminaste y te paraste frente a mí, con tenida de combate (la que más me gusta, se te ven los ojos más verdes). Tras una señal de tu mano (que no entendí) el grupo completo hizo un movimiento de pies. Te arrodillaste y me miraste a los ojos, mientras todos, al unísono dijeron: “Cinthya Marcela Balcázar Orellana ¿Te quieres casar conmigo?”· Sacaste una cajita con dos anillos plateados, entrelazados. Los miré. Te miré a ti. Te tendí una mano para que te levantaras del suelo. “Por supuesto que me quiero casar contigo”.

“Permiso para gritar de alegría y celebración”, dijo uno de ellos. Levanté mi pulgar. Me besaste larga y amorosamente en los labios. Luego les diste la tarde libre.

27 de Julio 2010

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