Detesto el mar. Me detesto a mí. Es que somos iguales. Sumamente cambiantes. Inestables. Intratables. Incomprendidos. Un día puedo ser comprensible, amable, buena. Hasta acogedora. Al día siguiente puedo cambiar drásticamente, expulsando a todo aquel que quiera acercarse, ser hiriente, desconsiderada, mala. Hasta violenta. Se que puedo amar con la misma fuerza que odiar. Puedo tomarme todo a la ligera o guardar rencor por siempre. Puedo fingir sin ningún esfuerzo o ser franca con algunas dificultades. Puedo ser impulsiva o cautelosa. Puedo ser frágil pero parecer fuerte. Puedo ser mentirosa o ser sincera. Puedo ser de fácil trato o totalmente compleja. Puedo dejarte saber que estoy pensando siendo muy evidente para que puedas notarlo o solo disimularlo. Puedo hacer que te salves, dejándote cerca de la orilla, o no devolverte jamás para que te ahogues en mis adentros. Puedo enseñarte las maravillas de mi universo o dejarte ciego de por vida. Puedo contarte todo esto a través de las espumosas olas, o mandarlo al fondo de mi océano de olvidos. Pobre mente la mía. Inestable. Intratable. Incomprendida.
Mayo 2009
03 septiembre 2010
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